jueves, 11 de junio de 2009

Cesare Pavese

VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TUS OJOS

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
esta muerte que nos acompaña
desde el alba a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un absurdo defecto. Tus ojos
serán una palabra inútil,
un grito callado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola te inclinas
ante el espejo. Oh, amada esperanza,
aquel día sabremos, también,
que eres la vida y eres la nada.

Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como dejar un vicio,
como ver en el espejo
asomar un rostro muerto,
como escuchar un labio ya cerrado.
Mudos, descenderemos al abismo.

Un sueño

sUEÑO CON NO SER MAS ESTO EN LO QUE ME CONVERTI: UN PALURDO.

lunes, 8 de junio de 2009

El trueno entre las hojas.

Suena bárbaro y mas aun si pensamos en la coca, y mas aun si la vemos a la coca, pero no era la coca: era Libertad Leblanc.
Un sonido quiebra lo cotidiano, o algo acecha. La muerte y la pasión, entre las hojas, entre lo nulo.
Asi suceden las cosa, de golpe.

Los tiempos

Los tiempos se aceleran revolucionariamente.
Los cambios me arrastan hacia la muerte o la vida, o lo que sea.
Y ahhora me encuentro cara a cara con mis fantasmas y ellos me despedazan
Los tiempos se aceleran revolucionariamente. Y en las revoluciones, en esos giros me destrozo.
Te mataría.

jueves, 4 de junio de 2009

Sombras, nada mas.

Marcelo espera, esper un bondi, un bondi que no ha de pasar.
Marcelo, en su espera desespera y un monton de lugares comunes mas.
Marcelo no cree ni en los colectivos ni en la espera ni en los horarios, ni siquiera sabe leer las agujas del reloj.
¡DONDE ESTA MI IRA!

Donde esta mi impulso creador?

¿Marcelo, te volviste oficinista? ¿Marce estas sedado?
Marce! Reaccioná!

Alli marce, luego de su monologo interior (interior dos ambientes vista al río) reaccioné. No hay tal cosa como un Colectivo, ni una espera, ni nada. Entonces si no espero no desespero.
Corri, corri veloz huia de la oficina huia del sello y el reloj,huia del almuerzo y la milanesa.
Corriendo y sin embargo mi velocidad era insuficiente, ellos (corporizados) tanto sello como creloj, se acercaban mas y mas. Y pese a que corría mas lento nunca me alcanzaban.
Marce se ahogaba, con sábanas, con almohadones de plumas, envuelto en edredones, sofocado por mantas y sopitas, Marce se hundía en un mar mullidito.
Martce Hui mientras puedas, pero no hay donde ir, no hay dios ni paraiso ni salida.
Esperar: Imposible pues no hay nada. Huir: imposible, si no hay refugio. Reaccionar: ¿ante que? Llorar: No hay dios. Amar: ¿Para que?

Marce contepla con desolacion como sus dias sobre la tierra se diluyen, como su pelo encance como su panza crece y sin embargo, pese a su dolor, no hace nada. Se deshace, se desintegra.
Hoy marce se llama Mario y mañana se llamara Abedul. Poco importa pues ya no es.
Marce dejó de sentir algo y no importa mas, no cuenta.

La muerte, la soledad, el refugio, la compañía, la muerte, el amor, la soledad, marce, el tiempo, el dinero, la muerte, madre.


Marce busca fuera sus respuestas y busca dentro las respuestas de los demas.