miércoles, 17 de febrero de 2010

Y...

Y tus ojos eran dos trampas cazabobos, o dos minas claymore, o como decimos en la guerra antisubersiva: dos focos. Y entre tus labios hallé tantas verdades, y hoy me apoyo en vos como si fueses el Referente de los referentes.
Y tus manos parecían tan pequeñas, insignificantes, y alli estaba la Fuerza. Aquella que convierte la prepotencia en tigres de papel. Aquellas que destruyen el Imperio, esas pequeñas manos, con pequeñas uñas.
Granada de sentidos, estallás e impregnas todo de vos.