lunes, 10 de mayo de 2010

El transito de Roberto por la tierra o una metáfora de la redención imposible.

"Gran cosa las tetas, no sólo por su forma o su textura, ubicación e incluso sabor; sino, sobretodo, por su vaivén.
Una lástima lo de esta piba, tenía un gran par de tetas, pero todo el tema de la depresión y la mar en coche, el asunto es de que se consumió y al consumirse se cagó las Tetas.
La gente debería reflexionar seriamente antes de deprimirse, porque nadie y subrayemos la palabra nadie, tiene derecho a dañar de esa manera un par de tetas, que si bien no llegan a patrimonio de la Unesco, podrían significar un sustancial ingreso de divisas al barrio producto del turismo. Lo mas triste es, sin embargo, que ella podría estar disfrutandolas en el solazo.... en fin".
Estas tribulaciones corrían por la mente de nuestro protagonista. Para él este mundo era despreciable salvo por un par de cosas. Hijo no reconocido del rigor, Evaristo se corroía por dentro y asi como aquellas tetas antológicas se derruían, comidas por la depresión, nuestro Héroe lo hacía por el resentimiento. Y como no hacerlo...
Alguna vez la belleza le inundaba los sentidos y hoy es aquella mueca sin rostro, un recuerdo. Nuestro héroe descubrió que estaba en los sentidos buena parte de la gracia de vivir.

1 comentario:

Grupo Humus dijo...

Eyy Juli q tal? gracias por el comentario!! no sabia quien era hasta q vi lo de: nah! mentira jajaja
bueno un gran abrazo como estas?