martes, 10 de noviembre de 2009

Berretines.

"Se te van a acabar los berretines de Verduga, no tengás ninguna duda a vos te gusta bien dura" Elizabeth Carrió.

Zumban sobre mi, como un enjambre de abejas africanas, me persiguen y me hostigan: ideas o palabras o una nuebe de pensamientos sin forma, como un enjambre de abejas africanas, y estas intuciones prometen atacarme, como un enjambre de abejas africanas. Pensar en el Amor me sofoca y me asusta, como un enjambre de abejas africanas que cebadas por el miedo, el hambre, el calor y el haber probado la carne humana, se vuelven los animales mas peligrosos de la creación. Aun recuerdo las selvas del Congo, la compañía de las Indias Orientales me había enviado a un puesto de Marfil sobre el Río Congo, a la la Altura de av. córdoba, donde se cruza con Juan B. Justo. Ahí el Rio Congo es medio picante, muchas alimañas y las tribus satanistas y adictas a los hongos alucinógenos lo vuelven jodido. Mi deber, como encargado volante de los negocios de la compañía y a la vez auditor de la misma era enriquecerme a costa de lo que fuese, en suma: trabajaba de agente directo del imperialismo. es de suponer que no era bien recibido por las tribus, que solían atacarnos arrojandonos panales de abejas cebadas; nosotros teníamos rifles y viruela. Evidentemente ganamos, mas cuando matamos al último colonizado dejamos de ser colinizadores. ¡Malditas abejas zumbonas!

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